Una daga, naciente, doliente, olinete, oyente
una daga que se clava diariamente en mi ser
en mi pequeñez en mi inmensidad
El universo me pinta de colores subreales la verdadera naturalidad del ser humano
y entre estos colores, te recuerdo
me acuerdo tan bien de estas fechas, miento, fue a partir de pasado mañana
eramos inmortales, eramos como piñantas sin recursos, eramos amigos
eramos como hermanos
cada uno con su personalidad, y yo como siempre mandando
gritando, así era yo, asi eras vos, así era aquel.
Y pasamos tanto tiempo juntos, que era costumbre ya
el vernos, el jugar, desde el tape que brincaba de escritorio en
escritorio, hasta los juegos de línea donde me ponía a hablar
por telefono antes de seguir matando.
Llegaban las ideas de los demás, gritabamos, cantabamos, yo oía mi música
no la de estudes. Se acordaran de la película... aquella que vimos comiendo pizza
y solo eran partes por no tener el crédito suficiente para comprarla
y así termino la vida.
Ahora mucho tiempo después veo que somos casi iguales, casi difertentes,
somos conocidos que se hablan y me fasina que me cuentes como te va
el tercero lo tengo presente, y no me hace falta más que gritar...
El trio se deshizo y ahora en su lugar hay gente vacía que espera en la puerta
su turno de llegada para que podamos salir a almorzar.
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