30.4.13

Sentis ese olor



Sentis ese olor, el olor a soledad, que recorre tu cuerpo, que se impregna hasta los huesos. Ese olor a llanto, a tristeza a simple soledad.

Pasamos más tiempo viendo que hacer y suponiendo que besar, que encontrarnos, amarnos y dejarnos atrás por un instante. Ese olor, el olor a soledad.

Suponemos que sigamos juntos, que tus desdenes se acaban, pero a la hora de ir a la cama, me cambias por almohadas que saben a libertad comprada.

Las tristezas se acaban, las alegrías se multiplican pero siempre que estamos solos, huele a soledad, a recuerdos inconclusos, a llamadas perdidas, a corazones sin salidas, a eso, a simple soledad.

Soledad embargada, soledad comprada, comparada, consentida, controversial, contraindicada, corazón de corazones, que saben a tristeza a ansiedad sin censura, a besos con ternura plástica, a revolcones con máximas expresiones de tensión y de ambigüación.

Recordemos las alas rotas, las luces apagadas, los besos maltratados y los corazones desfigurados que pronuncian nuestro nombre, el nombre del pasado, el pasado y el futuro, de relaciones aplazadas con aroma a soledad.

Al igual que la tergiversación de significados, se tergiverso nuestra vida, nuestra forma, la historia.

19.4.13



Sé que no tengo a alguien que me hable todos los días, a alguien que me mande caricias furtivas y besos desesperados en las madrugadas, en los amaneceres, en todo momento. Sé que no tengo a quien hablarle de mis problemas y mis actitudes irreverentes ante la gente, sé que no tengo a quien suspirarle palabras al oído cuando no entiendo una película. Sé que no tengo a nadie, pero a la vez tengo a todos.

Con quien hablar de música, de política, de ambiente, de moda, de celos y de traiciones. Se que tengo una duda aquí, en el pecho, que me carcome el  alma y me desintegra a pedazos las noches que suspirando se alejan los motores de la vida, de la fuerza, del sexo, del compromiso.

Besos furtivos que se desintegran a medida que me acerco. Te recuerdo, te extraño, te siento, pero a la vez te alejo, me alejo, nos alejamos. Esta mierda es de dos.

Recuerdos olvidados cuando la situación se sale de control y con las pocas palabras que haces me desbaratas, me atas, me desatas y me matas con poesía olvidada en callejones de esquinas encontradas.

Sé que no tengo a nadie, y sé que en ciertos momentos me gustaría tener, pero lejos de la situación de declive que tengo no supero que te siento, que te tengo, que te entrometes en la situación de la vida cotidiana, de la salvedad de las pisadas, de las arrimadas, de los besos sin control, de las lenguas que te desbaratas para seguir siendo lo que siempre quisimos ser, verdades ocultas en situaciones ambivalentes que suspiran aromas rendidos en situaciones insolentes.

2.4.13

Nos vamos haciendo viejos



Como cambiamos, nos vamos haciendo viejos,
vamos aprendiendo nuevas caricias,
nuevas formas de amar, de sentir, de pensar, sonreír, de vivir,
nos vamos haciendo viejos.

Mientras más viejos más ricos,
ricos en sueños postergados,
en sonrisas fingidas, en situaciones ambivalentes y cuestiones negativas
que corren con el río hacia el mar, el mar del deseo, de la terquedad,
de la situación disfuncional en la que nos hemos visto envueltos.

Nos vamos haciendo viejos,
viejos cual mar en Casiopea,
viejos cual vino en conserva, en oscuridad, en ambivalencia,
en tergiversación, en teorías y prácticas,
en asteroides convertidos en estrellas fugaces
que se amparan en el día del solsticio de verano.

Caminamos senderas viejas,
viejas cual la mar,
la mar de terquedades,
de ansias,
de deseos sexuales cumplidos.

Nos vamos haciendo viejos,
y tu recuerdo se mete por mi mente,
y me sale por el corazón.
La pipa y el humo de hierbas se acerca y se posa en tu recuerdo,
en tu mente,
en tu ser,
en tu pensamiento.
Mi pensamiento.

Nos vamos haciendo viejos.