4.9.12

Cartas

Cartas escondidas:
Miguel- Zaraí.

Ayer, después de haberme puesto los zapatos para correr, comprados en oferta pero de marca, y haber salido huyendo sin tregua por las calles de la zona uno, porque no esperaba encontrarte así, ni que me sedujeras lentamente enfrente de un montón de gente, me horroricé lo acepto, pero después cuando recapacite (bueno me hicieron recapacitar) y trate fallidamente de encontrarte en la zona 1, ese mundo gigantesco que no tiene pies ni cabeza.
Al final, tranquilamente y con estilo (me acaban de decir que es así como uno se baja del carro) y con paso firme llegue al antiguo cine-teatro y nos vimos, cruzamos miradas, yo por dentro me moría lentamente porque me hablaras, porque quisieras pasar tiempo conmigo, porque sentía un vacío inmenso, pero a la vez me estaba retando, suspiramos intermitentemente muchas veces entre tu espalda y la mía... al final, conseguí seguridad y coqueteé con todo el mundo, viví de abrazos y besos furtivos de gente desconocida, me agarraron la mano y mi hicieron sentir confianza y hasta jugamos el papel de ser amigos de siempre, siempre ... de aquellos que son eternamente... al final te fuiste, yo me quede, el juego de poder que ejercíamos tenía que acabar tarde o temprano... creo que tu idea de que iría por ti se derrumbo, te salí con una cajita de sorpresa, el muñeco... ese sí te gusto.

Un beso... un abrazo de sabores lejanos con miradas furtivas y con si fuera la guinda, un apretón de nalgas...



No hay comentarios: